Tariego de Cerrato

Es posible que el topónimo de Tariego provenga de la aglutinación de “Tar”, en el sentido de cerro o altura, y el término prerromano “ecas”, que significaría poblado. Se cree que estuvo fortificado ya en época preindoeuropea, y con certeza durante los tiempos celtibéricos, cuando los vaceos resistieron los asaltos de las legiones romanas.

Tariego conserva restos arqueológicos célticos, celtibéricos y romanos, algunas de cuyas piezas pueden verse en el Museo Arqueológico de Palencia. Fue arrasado por la invasión musulmana en el siglo VIII, y desde el siglo IX aparece como lugar amurallado y con castillo, en un proceso de repoblación de estas tierras.

En el siglo XII, su señor era Pedro González de Lara. Al castillo de Tariego fue llevado el rey Enrique I de Castilla, tras morir por accidente en Palencia. En el año 1300, Fernando IV donó la villa de Tariego y su castillo a la ciudad de Palencia, como recompensa por la resistencia de sus habitantes frente al cuarto del rebelde Infante don Juan. A mediados del siglo XIV, Tariego era lugar de realengo; en los siglos XV y XVI perteneció a los condes de Buendía y, más tarde, a los duques de Medinaceli. Durante la Guerra de la Independencia sufrió los ataques del ejército francés.

Aún a mediados del siglo XIX, el municipio contaba con la iglesia parroquial de San Miguel y con la ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz, esta última construida sobre los restos de otra anterior dedicada a Santa María.

La iglesia de San Miguel, edificada en piedra en el siglo XVI, presenta una sola nave cubierta por una bóveda de crucería estrellada.