Torre de Sant Josep

Muy cerca del Mediterráneo, casi en su orilla, en la Playa del Torres, descubrimos la Torre de Sant Josep. Un monumento funerario dedicado a Lucio Terencio Marcino que se construyó entre el año 150-170 d.C. y que es la mayor de las tres torres funerarias romanas conservadas en España. En 1543, cuando los corsarios berberiscos destrozaron las murallas de la ciudad, se desmontaron las piedras de la parte superior para reconstruirlas. Afortunadamente algunos sillares se quedaron por el camino y gracias a ellos se supo cómo era la torre original y se restauró.

La torre era totalmente cerrada excepto unos orificios en dos de sus caras para hacer libaciones, ofrendas de vino para revivificar al difunto.

Los romanos enterraban a los lados de la calzada para que cuando alguien pasara por allí los recordara. Pero esta torre no se construyó para ser contemplada desde una calzada, sino que está en un talud cerca de la ‘autopista’ de la época, el Mediterráneo. Así todos los que navegaban por el Mare Nostrum veían claramente la torre y recordaban a Lucio Terencio.

La torre estaba rodeada de un murete que contenía uno de los mayores recintos funerarios romanos conocidos en Europa. Este recinto tenía pedestales con estatuas y un jardín con plantas relacionadas con el más allá. En la actualidad se ha recreado este jardín alrededor de la torre con las plantas que originariamente se podrían allí localizar, como son rosa roja, laurel, vid, hiedra, mirto, lavanda ciprés y acanto. El jardín recibe el nombre de Elaine Evans, mecenas de la restauración del monumento.