Casas sobre la Muralla

La imagen más ‘tipica’ de La Vila Joiosa es este lienzo de piedra y color que vemos desde el puente de la carretera o desde la orilla sur del rio Amadorio en su tramo final. Las piedras de las murallas renacentistas y los colores característicos del Centro Histórico vilero, uno de los mejores conservados y ejemplo de policromía del Mediterráneo occidental, nos demuestra la adaptación de los espacios a los diferentes momentos históricos.

Después de que en 1543 los berberiscos destruyeran las murallas y la iglesia de la ciudad, una Real Orden propició la reconstrucción de estos edificios, puesto que no se podía permitir que La Vila Joiosa, capital de uno de los diez requerimientos del reino para la defensa anticorsaria, no fuera una de las fortalezas mejor artilladas del reino.

Con los impuestos de la seda, la ‘Generalitat’ de la época, financió la muralla que limitaba la ciudad con el río Amadorio. En la Guerra de Sucesión La Vila Joiosa, junto con Alicante, fue la última ciudad en rendirse y las tropas borbónicas destruyeron las puertas de la ciudad. Aunque durante el siglo XVIII La Vila Joiosa sigue sufriendo ataques corsarios a finales de siglo el peligro argelino desaparece y la muralla deja de ser útil. Es a partir de ese momento cuando los vecinos comienzan a construir sobre ella dibujando, sin saberlo, lo que sería la imagen más fotografiada de La Vila Joiosa.