Medidas de capacidad

Una vez recogidas las cosechas, el excedente se comercializaba. En la primera mitad del siglo XX, a pesar de la implantación del sistema métrico decimal, perduraban algunas de las antiguas medidas, como el celemín. La estandarización de las medidas y la fijación de patrones fue durante siglos una preocupación general, ya que en diferentes territorios una misma medida variaba en su métrica. Poco a poco, las nuevas medidas fueron imponiéndose a las antiguas, y en muchos casos lo hicieron adaptando los antiguos accesorios para medir. La figura del medidor era importante en las transacciones entre labradores, el puesto se subastaba y el medidor se desplazaba a los domicilios de los labradores para garantizar una venta justa. En los mercados, se vendía a granel, y se empleaban medidas de capacidad como el celemín o el mig o el quartet.