ESTANCIAS INTERNAS

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En el interior del recinto amurallado aún se conservan los restos que nos muestran cómo era la vida cotidiana, tanto en época musulmana como cristiana.
En época almohade, el castillo no estaba habitado todo el tiempo, solamente se utilizaba como refugio en momentos de peligro. La gente vivía a lo largo del valle, donde cultivaban la tierra y pastaban los rebaños de animales.
Al inicio del siglo XIV surgirá, sobre el antiguo albacar, un pequeño núcleo poblacional cristiano construyéndose casas para los campesinos así como una pequeña ermita, bajo la advocación de una antigua imagen de Santa María Magdalena.
En la parte alta de la fortaleza, la alcazaba, vivían los gobernantes y la guardia militar, pudiendo observar hoy en día las cocinas con sus hornos, molino, almacenes, salas y depósitos de agua (aljibes).