Iglesia San Juan Bautista

Templo del siglo XVI que se levanta sobre otro de época medieval. Y es, precisamente, de tiempo muy lejana la pila bautismal que se conserva en su interior, una joya prerrománica con una enigmática historia narrada en piedra que, hasta ahora, ha desafiado a quienes han intentado desentrañar los misterios de su significado. Aunque está clara la doble significación de los elementos esculpidos en esta pila, con una parte superior dedicada a los cielos y una inferior que mira al inframundo, la intención del escultor original a la hora de elegir cada uno de los elementos que componen esta pieza única sigue siendo algo desconocido. La torre de la iglesia, del siglo XVIII, da buen porte a un templo que, en su interior, ha visto toda clase de reformas a lo largo de los años, como puede verse en los tirantes metálicos que refuerzan la estructura y que fueron colocados no hace mucho tiempo. En el interior del templo habitan varias joyas, además de la pila prerrománica mencionada, como la talla de San Antonio de Padua, patrón de Guardo. El Cristo de la Agonía, la reliquia de Santa Columba, que tuvo ermita propia en la localidad antiguamente y otras tallas interesantes, acompañan al visitante que podrá descubrir algunos rincones tan misteriosos como la pila bautismal a poco que mire con detalle. Uno de esos misterios es la presencia de una lápida que tiene tallados diversos elementos, como una cruz-espada, que bien pudo pertenecer a un caballero templario. La iglesia cuenta con una gran capilla aneja, con cúpula dotada de linterna, que fue mandada construir a mediados del siglo XVIII por el guardense arzobispo de Burgos, obispo de Barcelona y Sigüenza, así como vicario general castrense y gobernador del Consejo de Castilla, Don Francisco Díaz-Santos Bullón, cuyo retrato de época también se puede contemplar es esta iglesia.