Monumento en Costa i Borràs
Gracias a Costa y Borràs, Vinaròs pudo construir su tan anhelado puerto.
La obra original desapareció durante la Guerra Civil, y la actual se levantó en el año 1952. Fue erigida en homenaje a Josep Doménec Costa i Borràs, ilustre vecino de Vinaròs que llegó a ser obispo de Barcelona y arzobispo de Tarragona.
Antes de la construcción del puerto en 1875, los barcos fondeaban lejos de la playa. Las tareas de carga y descarga eran muy laboriosas, ya que se realizaban mediante pequeñas embarcaciones. El puerto facilitó considerablemente el comercio marítimo, principalmente el del vino. Durante los siglos XIX y XX, Vinaròs vivió su etapa de mayor esplendor económico, reflejada en la intensa expansión arquitectónica de la época. En la actualidad, el puerto está dedicado a actividades pesqueras y recreativas.